Por NP
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“La economía colombiana en mucho menos tiempo que la venezolana, se volvió petrodependiente. Por ello es que el presidente electo Gustavo Petro no la tiene fácil en su empeño de tomar la vía de la despetrolización de su economía”, afirma el economista Rafael Quiroz.
A su juicio, el petróleo fue determinante en la sostenibilidad del sector externo y el financiamiento del Estado colombiano. “Sin el petróleo, Colombia -al igual que Venezuela– estaría mucho más atrasada y su desarrollo sería más lento”, recuerda.
La situación de sus reservas es muy distinta de la venezolana, compara en una nota de prensa el analista. “Las actuales reservas probadas podrían durar 7.5 años de mantenerse el ritmo de producción actual en torno a 750 mil barriles por día (bd).
“Colombia parece tener garantizado un futuro donde tendrá que desembolsar divisas para comprar hidrocarburos, con el agravante de que tales importaciones se harán bajo el imperio de altos costos, pues la era del petróleo barato ya le dijo adiós al mundo”, sostiene Quiroz.
Gustavo Petro ha manifestado su interés en poner fin a la economía extractivista, lo cual abarcaría también el carbón, dentro de una estrategia de desarrollo inscrita en una transición energética que descarbonice las actividades productivas. Petro quiere despedir las energías fósiles, asegura el articulista.
Pero Quiroz señala que los sectores petrolero y gasífero “son cruciales para la estabilidad macroeconómica de Colombia, por lo que es de gran relevancia lo que podría ser su destino”.
Observa que un presidente que se declara ambientalista “ha puesto a Colombia frente a un gran dilema convertido en disputa política, entre la protección de la naturaleza y/o la protección de la productividad y el crecimiento económico”.
El economista concluye que “la Colombia petrolera tiene sus años contados, sus reservas no dan para más, pero dependerá de su dirigencia y su gente el que remedien las endemias que le dejó la renta del petróleo”.