Por Luis Tovías Baciao
/ Foto Redes sociales
Dos hombres, cada uno con ceño fruncido, que antes discutían entre sí sobre política en Venezuela, ahora con mesura procesan sus contradicciones. Incluso, en la actualidad uno de ellos acepta los cuestionamientos del otro.
Los analistas de estos comportamientos cuentan con ejemplos parecidos desde los ámbitos familiares hasta en lo masivo. ¿Bajó o subió la crispación política?, ¿cómo han manejado los dirigentes esta situación?, ¿escuchan los consejos de aquellos dos?
Para ello, Ética Prensa entrevistó a la socióloga Maryclen Stelling, cuyas respuestas, entre otras, se halla la relacionada con el tema desarrollado últimamente por ella de la ciudadanía crítica. ¿Cómo la asumen tanto en Miraflores y sus partidarios como en las fuerzas antigubernamentales?
-La ciudadanía crítica, y estoy escribiendo sobre eso, es una necesidad para el sistema democrático, para la relación oposición–Gobierno, para resolver la polarización. Pero no solo es una necesidad, sino es una realidad concreta.
La intelectual piensa que la ciudadanía crítica está emergiendo a raíz de la crisis multidimensional que le ha tocado confrontar. La cual “incluye la crisis política y la imposibilidad de los dos bloques políticos de reconciliarse, de dialogar como sea”.
Desde aquella figura ciudadana se ha dado respuesta a esto, sostiene Stelling, quien añade que “se han ido solventando los problemas desde el punto de vista del conflicto intrafamiliar, intragrupal por razones políticas”.
“Y se ha configurado una ciudadanía más responsable políticamente, respetuosa del otro. Esta ha aprendido a convivir en democracia, a pesar del conflicto político que aún se mantiene”, responde vía WhatsApp.
-¿Esa ciudadanía crítica cuenta con acogida en el Gobierno y en la oposición?
-Esa ciudadanía crítica se expresó en las últimas elecciones regionales y sorprendió a unos y a otros. Si se hace una lectura de estos resultados electorales, sobre todo, la hace el Gobierno como se debe, estará comprendiendo e interpretando que fue un voto con absoluta conciencia y responsabilidad democrática. Ahí tenemos un ejemplo.
El otro es “la propia reconciliación que se está comenzando a hacer desde las bases, a pesar de las diferencias políticas aún permanentes en el espacio en los cuales nosotros nos desarrollamos y socializamos. Hablaríamos, entonces, de un voto crítico como una manifestación de esa ciudadanía crítica”, razonó.
OTROS ÁMBITOS
Sobre cómo obrar en las redes sociales para tratar de aumentar la tolerancia allí, la investigadora explica que estas son un reducto de la polarización, del rechazo al otro. Lo cual, según su óptica, se halla ligado quizá a una suerte de anonimato imperante en ese ámbito.
Por lo tanto, las redes sociales representan una expresión distinta de esa ciudadanía crítica, acota. ”Quizá cuando uno está haciendo esos análisis de la democracia en Venezuela, de la relación gobierno–Oposición (…) la reconciliación, las redes sociales son un espacio diferente, ameritan un análisis diferente”.
DIÁLOGO
-¿Cómo ve el diálogo entre la oposición y el Gobierno?
-Como todos sabemos, ese diálogo ha sufrido constantes avances y retrocesos. Situaciones como de parálisis. Es comprensible porque son dos fuerzas políticas con grandes diferencias entre sí en cuanto a la concepción de la democracia, del país.
De acuerdo con la articulista, ambos, además, se encuentran como en unas conversaciones en vitrina, pues toda la nación se halla atenta. “Ese diálogo oficial es un espacio importante, por el que todos estamos pendientes, y esperemos que se solvente”.
Pero, más allá de esto, la sociedad ha confirmado la posibilidad de platicar. “Es una demostración democrática que estamos dando desde las bases sociales. Ya la relación Gobierno y oposición está en otro nivel”.
“Continúa la mediación de los noruegos, y prosiguen las discordancias y las concordancias entre los dos bloques. De alguna manera mientras los dos dialogan, se contradicen (…) una sociedad crítica dialogante sigue su curso”, concluye Stelling.
Para ella, existen, a su vez, otros factores geopolíticos que interfieren en las pláticas de Miraflores y sus antípodas. Ese factor “es un tercero en discordia que no se ha mantenido a la sombra”.
Al consultarle sobre cómo visualiza tanto a las fuerzas que apoyan a la actual administración venezolana como a las de sus contrincantes para 2024, la estudiosa asevera que pareciera que la única salida como sociedad es que ambos bloques comiencen a negociar.
“El presidente Nicolás Maduro ha moderado muchas variables. Es una gestión más moderada, de mayor apertura, de bastante entendimiento del contexto político de Venezuela, pero también del contexto político regional y el del contexto geopolítico”.
De acuerdo con Stelling, el mandatario venezolano ha entendido estas cuestiones. “Y está dando una suerte de respuesta, y una suerte de apertura, que no es solo política, sino que contiene diferentes variables, entre ellas, la económica”.