Por Luis Tovías Baciao
/ Foto Noticias Al Día
No ha esperado nada. El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, antes de su toma de posesión, ha comenzado a hilar su programa gubernamental. Tanto a lo interno como en lo internacional.
Hace unos días, Petro y el primer mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvieron una conversación, cuyos ámbitos abarcan lo económico. Pues, de reactivarse el paso regular en la frontera –como anunciaron–, esto generará una lógica actividad comercial entrambas naciones.
En entrevista para Ética Prensa, el especializado en el área económica David Mendoza desarrolló su parecer sobre esta materia y otras de interés no solo para Caracas y Bogotá, sino para el resto de América Latina.
–¿Qué le parece la intención de Petro y Maduro de reabrir la frontera común?
–Los beneficios son muchísimos. Dos países que están muy ligados no solo desde el punto de vista histórico sino del punto de vista comercial. Los dos tienen una considerable tradición comercial. Y Venezuela ahora necesita que el comercio se reactive con el mundo.
El articulista de varios medios recuerda que existió un momento en la relación comercial cuando Venezuela mantenía una gran cantidad de productos subsidiados, la mayoría de ellos importados, que se iban por esa zona limítrofe. Con un tráfico de extracción, el “bachaqueo”, junto a una “extracción institucional”.
Entonces, hoy urge un cuidado en esa linde a objeto de frenar el contrabando de Colombia hacia Venezuela y viceversa, recomienda. “Ojalá las autoridades tomen las medidas pertinentes para evitar esto”, recalca.
SOBRE LOS “SUBSIDIOS ABIERTOS”
El analista cree, además, en la importancia de entender que los subsidios abiertos, por ejemplo, de la gasolina, deben ir limitándose y requieren incorporarse a programas específicos de atención social.
A su juicio, se precisa que crezca esa relación binacional. Pues son los “hermanos más cercanos”, y porque esto “debe ayudar al desarrollo de ambas naciones”.
–Aparte de estos peligros, ¿qué otros podrían atentar tras abrir la frontera?
–No creo que haya peligro más allá del contrabando (…) el único peligro que pudiera generarse, es el que siempre se genera entre dos países que tienen diferentes escalas entre sí de precios en los productos y servicios.
“Sobre todo en rubros como la gasolina y algunos otros alimentos”, cuya importación aún la practica Venezuela y que forman parte de los programas del Gobierno, añade el investigador.
Lo otro es que del lado venezolano “cada vez está más libre el mercado, y por tanto, cada vez hay menos rubros que estén regulados y que estén funcionando con subsidio o con precios que están por debajo de los del mercado de otros países”, razona.
De resto, lo de la linde abierta traerá una elevada actividad comercial, sostiene Mendoza. Permitirá que “las cámaras productivas venezolanas se reúnan con las cámaras productivas colombianas; y, cuanto antes, que los gobiernos se reúnan y reactiven todo el tráfico comercial”.
Con lo cual se creará empleo, se registrará un crecimiento económico, que, por supuesto, trae mejores salarios, prevé. En fin, “no podemos seguir siendo un país aislado”, enfatizó el estudioso de estos temas.
AUMENTO DE LOS CONDOMINIOS
Sobre otros asuntos solo de Venezuela, Mendoza opinó que los condominios se encuentran en este momento “absorbiendo una buena parte de los ingresos familiares”. Lo cual “resulta alarmante”.
Verbigracia, una familia con dos miembros que producen dinero, que ganan salario mínimo, se le imposibilita pagar un “condominio que pide desde 50 a 300 dólares”. Existen condominios que se hallan por encima de dos y tres salarios mínimos, observa.
“Estamos hablando de que está absorbiendo los ingresos familiares en unos porcentajes muy altos. Muchas de las familias venezolanas creo que están ganando un ingreso que está por debajo de los costos de condominio”, asevera.
Para Mendoza es apremiante normar el asunto. “Se requiere que el tema de los condóminos se toque tanto en la Asamblea Nacional (…) como en las altas instancias del Gobierno venezolano”, invitó.